A
finales del siglo XX, Eliseo López Benito se percató del fenómeno de las
modificaciones artificiales del paisaje: la existencia de una mano creadora e
inteligente detrás de un aparente mundo natural de estructuras geológicas. La
presencia de modelos repetitivos en diferentes lugares le indujeron a pensar en
la existencia de una civilización universal anterior a la historia escrita. Un
largo proceso donde la determinación y la perseverancia han sido fundamentales
para superar el desprestigio al que ha sido sometido este descubrimiento. El descubrimiento de la primera y más antigua civilización de la historia de la humanidad: la civilización madre; la madre de todas las civilizaciones.
Se trata del descubrimiento de la deidad barbada de Montserrat, un descubrimiento arqueológico transformador por todo lo que implica. La representación artística más antigua de la divinidad celeste suprema descubierta en el mundo hasta el momento actual. La evidencia del culto a la imagen de un varón barbado en el X milenio a. C. El vestigio arqueológico más objetivo y permanente que tenemos sobre la visión cosmogónica y cosmológica de la civilización madre, un icono sagrado para la eternidad. La deidad barbada de Montserrat representa el esplendor cultural que Montserrat vivió bajo la influencia de la civilización madre en el X milenio a. C.
Todo suceso en la historia tiene su origen en otro anterior y reproduce otros posteriores. Es así como este modelo original sirvió como ejemplo para ser reproducido en los sucesivos milenios. Es por ello que este arquetipo iconográfico persiste insertado en las religiones más representativas del mundo: la poderosa imagen de un varón barbado como plasmación icónica del Dios del cielo. Por lo tanto, en esencia, se trata de una única divinidad bajo diferentes nombres. Porque de una forma u otra todas las religiones son herederas de esta primera religión.
La deidad barbada de Montserrat. Civilización madre 10.000 a. C. Localización: montaña de Montserrat (Barcelona). Descubridor: Eliseo López Benito
Todo suceso en la historia tiene su origen en otro anterior y reproduce otros posteriores. Es así como este modelo original sirvió como ejemplo para ser reproducido en los sucesivos milenios. Es por ello que este arquetipo iconográfico persiste insertado en las religiones más representativas del mundo: la poderosa imagen de un varón barbado como plasmación icónica del Dios del cielo. Por lo tanto, en esencia, se trata de una única divinidad bajo diferentes nombres. Porque de una forma u otra todas las religiones son herederas de esta primera religión.
La deidad barbada de Montserrat. Civilización madre 10.000 a. C. Localización: montaña de Montserrat (Barcelona). Descubridor: Eliseo López Benito
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